VILLAMAYOR DE CALATRAVA

Historia de Villamayor de Calatrava. Ventana al pasado para entender el presente y afrontar el futuro de este pueblo del Campo de Calatrava.

09 septiembre 2006

TIERRA FÉRTIL EN ÓPTIMO VINO


VILLAMAYOR DE CALATRAVA, TIERRA FERTIL EN ÓPTIMO VINO.

Cada año el incesante caminar del tiempo nos sitúa en las puertas de la estación otoñal, temporada en que las cuadrillas de vendimiadores de ambos sexos darán comienzo a la recolección de la correspondiente cosecha de uva. Es entonces cuando las cepas, si la climatología y las plagas no les han pasado factura, aparecen preñadas de sanos y abundantes racimos, soleados y maduros, con que satisfacen las esperanzas de los viticultores, quienes, sin regatear esfuerzos, gastos, ni sacrificios, las han cultivado con esmero durante cada una de las etapas que integran su anual ciclo biológico.

Aproximación al inicio de la viticultura local.

Sin descartar la posibilidad de que puedan existir otras fuentes documentales escritas más antiguas, nosotros, en principio, sólo conocemos dos documentos manuscritos que nos dan testimonio de la existencia, antigüedad y nombre de algunos de los parajes del cultivo de la vid en esta villa, silenciando, sin embargo, la extensión ocupada por cada una de las plantaciones. Ambos documentos corresponden al segundo tercio del siglo XVI, fechados en Argamasilla de Cva. en 12-XI- 1537 y rubricados `por fray Rodrigo Enríquez, Comendador de la Fuente el Emperador, y Fray Aº. Ortiz, Prior de San Benito en la ciudad de Jaén, Visitadores Generales de la Orden Calatrava, conservándose ambos documentos en el Archivo Histórico Nacional (A.H.N. Legajo 6,079. Núm.23). El primero de ellos corresponde al "Inventario de la tierras que tiene el Curado de la villa de Villamayor...", donde puede leerse: "Otro pedazo de tierra junto a la viña de Diego González...,alinde de la Vereda e de Alonso González"; "Otro pedazo de tierra, camyno de Argamasilla...alinde de un parral de Diego López y el camyno de Argamasilla", y, por último; "Junto a las viñas de Los Guindales otro pedazo de tierra...alinde de las viñas de Isabel de Masa". En el segundo de los documentos citados perteneciente al "Inventario de los bienes e rentas e posesiones de la Capellanía que dejó dotada Lope Muñoz e Juan Muñoz, su hijo, vecino de Villamayor...", se dice: " 600 vides que mandó la dha.(dicha) Teresa Ramírez que están en el término de la dha villa en la parte de Navacerrada..." , y concluye con: "Una viña que está en la sierra de ochocientas vides, alinde con viña de Fcº de Prado, e de la otra parte con viña de Juan Corchado y herederos de Juan Bernaldo, el mozo.

Años más tarde, en las Respuestas de esta villa al Interrogatorio de las Relaciones Topográficas del Rey Felipe II (1-V-1.576), que publicamos en su totalidad en el Programa de Fiestas, septiembre 1.989, figura la núm. 26ª donde se enumeran todos los productos agrícolas que se cultivaban entonces en la localidad. Entre ellos se cita la uva, pero sin especificar ni la extensión ocupada ni el lugar de las plantaciones. A continuación se da noticia de las carencias que tiene la villa respecto al vino: "... y asímysmo tiene falta de vino, proveese de La Mancha" y termina diciendo: "...y asimysmo vale el diezmo de la uva doze myll mrs. poco más o menos...". Esta información, que también silencia los lugares vitícolas del término municipal, nos incita, no obstante, a pensar en que la superficie ocupada por el cultivo de la vid, en aquel momento, debía ser, en nuestro caso, muy limitada, si se tiene en cuenta, de un lado, el hecho de ser insuficiente la cantidad de vino elaborado para satisfacer el consumo de la población, (180 vecinos, según Respuesta nº 39ª), de ahí que se hiciera necesario traer el resto de otros lugares de La Mancha para garantizar el abastecimiento local y, de otro, la escasa, creemos, cantidad del correspondiente diezmo de la uva, o lo que es lo mismo, la décima parte de cada uno de los frutos de la tierra, ganados, y enjambres, que se pagaba antiguamente, en especie, a la Iglesia.
En la Visita del Curato de esta villa realizada el 31 de enero de 1.608 hemos espigado dos noticias que hacen referencia sólo al paraje en que estaban plantadas las viñas. Allí se dice: " Tres fanegas junto a las viñas de Los Guindales" y "Pertenece más al dho. Curato el diezmo de las uvas de dos viñas en el pago de la sierra, junto a San Sebastián" (A.H.N Legajo 6.090. Nº 5). En el expediente deVisita a la fábrica de la Iglesia, girada el 8 de febrero de 1.608, se nos informa: "Otra tierra en la Majada, alinde de viña de Juan de la Parra y de herederos de Pedro Sánchez, de Esteban Sánchez" y "Otra tierra junto al camino de Argamasilla,...alinde de la viña de Alº. Martín Redondo"(A.H.N.,Ibidem).

Evolución del cultivo vitícola

Conocidos los datos seculares que anteceden, fue necesario esperar hasta el año 1.751, fecha en que se confeccionó el Catastro del Marqués de la Ensenada, para saber la superficie de este término municipal ocupada, entre otros, por el cultivo de la vid. En una publicación conjunta (Rodríguez Espinosa, E. y Callejas Rodríguez, J. : "Villamayor, un municipio del Campo de Calatrava en el siglo XVIII", C-Real,l983.) en su página 68, a la vista de las Respuestas al Interrogatorio, alusivas al tema que nos ocupa, confeccionamos los Cuadros números 42 y 43, que resumidos nos aportan los siguientes datos: Nº de cepas por fanega, 1.000; Total nº de cepas, 157.678; Total arrobas de vino elaboradas, 5.584; Precio de la arroba, 5 reales ,e importe de las arrobas de vino producidas, 27.920 reales. , El cociente obtenido entre la cantidad total de cepas cultivadas en nuestro territorio y el número de ellas por fanega, nos arroja una extensión vitícola de 157,678 fanegas de marco real o Cuerdas de Calatrava, equivalentes a 101,544632 Has.

Para conocer la extensión de viñedo y viña-olivar asociados, cultivada en esta localidad durante los siglos XIX y XX, hemos consultado: Rodríguez Espinosa, E. "El espacio rural del Campo de Calatrava (Ciudad Real) en la década de los 80". Instituto de Estudios Manchegos (Consejo Superior de Investigaciones Científicas). Ciudad Real 2.000. En dicha publicación, en sus páginas 248-249 aparece el Cuadro Nº 72 , cuyos datos para su elaboración fueron tomados de: Reseña Geográfica y Estadística de España, de la Dirección Gral. Del Instituto Geográfico y Estadístico, Madrid, 1.880, y Catastro de Rústica, l.980 en los que figura, entre otras localidades, nuestra villa con el número de hectáreas cultivadas de viña y de vid-olivo asociados, respectivamente. Así para el año 1887 encontramos 101,00 Has plantadas de viña sola y 349,00 de vid y olivo juntos, mientras que en el año 1.980 aparecen 279,2780 Has sólo de viña y 211,8787 Has de cultivo asociado. Hacemos constar que las plantaciones de viña en ambas modalidades, a partir de la década de los años 80 del último siglo, se vieron muy afectadas por el hecho de que bastantes de los propietarios decidieron arrancarlas, a cambio de recibir las subvenciones estatales establecidas. Así ha sido, en síntesis, el desarrollo del cultivo de la vid en esta localidad a través de los cinco postreros siglos.

Por último, decir que, con independencia de los parajes citados al principio, ha sido costumbre situar en esta villa las plantaciones de viñedo en aquellos parajes del término municipal conocidos con los topónimos de: Arenal, Cabeza Parda, Cabos de la Dehesa, Calerón, Casa Laso, Chaparral, Encinilla. Escobares, Hoya, Loma, Machacón...,cuyas tierras , en su mayoría, de naturaleza calcárea, arenosa o rubial son fértiles y aptas para producir abundantes y sanas cosechas de uva en sus diferentes variedades. Por ello, si la climatología ha sido favorable y las plagas clementes , los mostos obtenidos de ellas siempre han sido, y continúan siéndolo todavía, de excelente calidad, de los que, una vez fermentados, nace un óptimo vino, que goza de gran fama dentro y fuera de la comarca en que se elabora. Vamos, el que se lleva la palma.

La vendimia de antaño.

Aún se recuerda todavía cómo la uva durante las décadas de los años cuarenta y cincuenta , a medida que la cuadrilla la iba cortando de las cepas , era depositada mediante espuertas en seras -aquí, serillas- de esparto que , una vez colmadas, se cargaban en los carros tirados por mulas (éstas, las de los propietarios más hacendados, las enjaezaban, para la ocasión, con los mejores arreos y vistosos quitaipones) o en carretas, arrastradas por bueyes para llevarla ,en ambos casos, a las bodegas de la localidad, que eran bastantes –hasta ahora 35 son las detectadas- y de diferentes cabidas. Unas, quizá las de menor aforo, resultaban ser patrimonio personal del cosechero donde éste laboraba su propio vino para el consumo familiar.. Otras, las de los vinicultores que, además de transformar la uva de su propia cosecha, compraban la necesaria hasta llenar la totalidad del envase disponible y, por último, las que arrendaban los compradores foráneos para elaborar en ellas el vino procedente de la uva adquirida. Además hubo también centros de recepción de uva, ubicados en determinados lugares cercanos al casco de la población donde la recibían los compradores que, una vez pesada, se vaciaba en camiones para transportarla a las localidades donde aquéllos tenían sus respectivas bodegas. Más tarde, en el año l.964, al fundarse la Cooperativa Agrícola "Ntra. Sra. Del Rosario la casi totalidad de los viticultores locales se asociaron a ella, hecho que vino a sustituir, por tanto, no sólo a un porcentaje elevado de los elaboradores particulares del municipio, sino también a los foráneos, con el consiguiente cese definitivo del uso de las añosas bodegas locales.

Juegos y canciones de vendimia.

Como quiera que el modo de acarreo utilizado hasta mediada la pasada centuria era lento, las cuadrillas continuaba vendimiando en sus respectivos predios hasta rebosar todo el envase que les quedó vacio después de efectuar la carga de los citados carruajes . Si durante ese tiempo los vehículos de tiro mencionados no regresaban a la viña de donde partieron , la cuadrilla correspondiente se veía obligada a cesar en su actividad por falta de recipientes. Mientras tanto, el grupo aprovechaba el tiempo de descanso obligado para conversar, cantar, bailar o practicar los juegos típicos de la vendimia tales como: "El Pinche", "Las tres en raya", "Los Cantillos" o "En el jardín del amor". La llegada de los referidos vehículos suponía volver a iniciar de nuevo la faena que había sido interrumpida circunstancialmente. Después de la comida y hasta la hora de comenzar el trabajo, la cuadrilla, sobre todo los más jóvenes, se divertían con los juegos y bailes citados.

Sensaciones de gozo.

La llegada de la uva a las bodegas e iniciada su transformación siempre ha despertado sentimientos de gozo en el vecindario por el hecho de empezar a percibir, de un lado, el característico olor a mosto y pajuela, que perfuma e inunda las calles y plazas del pueblo con su inconfundible fragancia , que permanece en ellas hasta quedar concluida la fermentación y, de otro, tener cada año la posibilidad de poder elaborar con el mosto joven, una vez cocido, sabrosos y azucarados postres –utilizados, a veces, en Medicina como reconstituyentes- entre los que se encuentran el arrope y el mostillo, costumbre que no debía desaparecer en aras de la gastronomía local.

Anecdótica costumbre infantil.

Antes de concluir no nos resistimos a silenciar una anécdota de nuestra niñez que nos recuerda cómo al circular los carros cargados de serillas llenas de uva por las calles de la localidad, la chiquillería, intentando burlar la vigilancia de los carreteros, trataba de hurtar un racimo de dicho fruto, quizá por necesidad o escasez de alimentos, si antes no había un "chivato" que avisara al conductor con la conocida frase de: "Látigo atrás" para indicarle por donde se le intentaba realizar la pequeña e insignificante substracción. Si el "autor" fracasaba en el primer intento, no desfallecía. Lo acometía tantas veces como fuera necesario hasta conseguir su apetecido botín. Ahora tal costumbre ha desaparecido por ser otro el medio de transporte y, sobre todo, por encontrarse, afortunadamente, satisfecha y bien nutrida la población infantil. Por ello, ¡Loado sea Dios!.
Publicado en el diario "LANZA" el día 29 de septiembre de 2003

1 Comentarios:

At 9:40 a. m., Anonymous Anónimo dice...

Enhorabuena por este blog!!!!
Rebuscando entre toda la basura que existe en internet, da gusto encontrar un sitio donde realmente se encuentren cosas tan interesantes.
Te animo a que sigas escribiendo. Acabas de ganarte un lector fiel!!!!

 

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